Os dejo la entrevista que tan amablemente me han hecho en crisálida literaria. Espero que os guste.
CrisálidaLiteraria
Sonia ya ha cumplido su sueño: publicar «El hombre que amó a una sirena y la sirena que lo amó», una delicioso cuento sobre el amor que elimina fronteras, la fuerza de los sentimientos, la importancia de ser libres...
«Marcos, hijo de marinero, vive en pequeño pueblo costero en los albores del siglo XX. El mar le atrae hipnóticamente, y las viejas leyendas que hablan de hermosas mujeres con colas de pez le fascinan. ¿Mito o realidad? ¿Es el amor más fuerte que las diferencias, que los obstáculos, que la muerte?»
«"El hombre que amó a una sirena", además de ser una historia de amor, plantea conflictos en la vida de los diferentes personajes de la novela: la rebeldía, el primer amor, las ansias de libertad, la ilusión, el miedo a la pérdida, la pérdida de un ser querido, las ganas de crecer...»
Dulce pero intenso, sincero pero delicioso... Sé que podéis esperar a hincar el diente a esta historia, crisálidas. Yo tampoco me estoy resistiendo... He tenido la oportunidad de hablar con Sonia Nievas, la pluma mágica autora del libro, para que conozcáis a la madre de esta historia.
1. Háblanos un poco más de ti. Descríbete, reinvéntate, déjanos conocerte.
Pues vivo en Barcelona, Cataluña, pero soy hija de andaluces. Voy para los veintisiete pero soy un alma joven. Me gusta mucho hacer deporte, aunque mi gran perdición es el chocolate (en cualquiera de sus estados). Me cuesta madrugar y en invierno no hay quien me saque de la cama (creo que fui un oso perezoso en mi antigua vida). Soy Técnico Superior en Diseño e Ilustración pero ahora me estoy especializando en Diseño de Páginas Web. Por lo general, soy una persona bastante tranquila, pero que no te engañe mi apariencia de niña buena: en cualquier momento sale a la luz el lobo feroz que llevo dentro y entonces, estarás perdid@. No sólo me gusta la vida sana, también escribo (lógico), leo, escucho música y voy al cine.
2. ¿Podrías contarnos un poco más sobre «El hombre que amó a una sirena y la sirena de lo amó»? ¿Qué mensaje querías transmitir con ella?
«El hombre que amó a una sirena», además de ser una historia de amor, plantea conflictos en la vida de los diferentes personajes de la novela: la rebeldía, el primer amor, las ansias de libertad, la ilusión, el miedo a la pérdida, la pérdida de un ser querido, las ganas de crecer... Todo en una época (principios del siglo pasado) donde las propias limitaciones de pertenecer a la clase baja y vivir en un pueblo costero ya eran un impedimento en sí. Decidí plantear situaciones reales para hacerla más creíble, las sirenas ya hacen el resto. Más que mensaje, en esta novela eran más importantes los sentimientos y las acciones de los personajes, que es lo que los mueve al largo de toda la historia. Pero si tuviera que buscar uno, sería "mirar más allá de lo superficial y luchar por lo que se quiere hasta el final a pesar de las consecuencias". Marcos bien lo sabe.
3. ¿Dónde, cuándo y cómo surgió la idea para tu novela? Cuéntanos tus experiencias escribiéndola.
Buena pregunta. En realidad, fue por casualidad, estaba haciendo algo totalmente distinto a escribir; trabajaba en una de mis ilustraciones y entre un trazo y otro apareció el dibujo de un hombre y una mujer, el hombre trataba de alcanzar a su amada con desesperación. Pensé: "un amor imposible ¿pero entre quién? ¿Un vampiro y una humana? ¿Una diosa y un mortal? No, eso ya está muy visto" Continué trabajando y entre garabato y garabato vio la luz la cola de la sirena. Ya no necesité más, pareció el ¿y si...? en mi cabeza y me puse a trabajar un día tras otro sin parar. Pero ya desde un principio decidí hacer una sirena diferente, intenté salirme en típico tópico.
4. Queremos conocer mejor a tus personajes... ¿Cómo los describirías? ¿En quién (o en qué) se basan?
Marcos está en la edad de conocer nuevas experiencias, así que este muchacho es la rebeldía personificada, lo que cualquier padre temería para sus hijos. María, debo decir que al principio le tenía bastante manía, es la madre que ningún hijo querría para sí. Ella representa todo lo que yo odio en una persona, no específicamente en una madre, pero sus contantes "no, porque yo lo digo" los sufrí en la infancia y quizá por eso al principio la coloqué como la mala de la película.
Los abuelos de Marcos, qué decirte de ellos, son encantadores, los abuelos que todo el mundo querría tener. Siempre están ahí y no dudan en poner en su sitio a quien se pase de la raya con su nieto.
La sirena es la personificación de la disciplina y la responsabilidad, alguien que sabe perfectamente lo que hace y las consecuencias que llevan sus acciones.
Ágata es la típica niña consentida, hija de padres ricos, acostumbrada a tener todo lo que quiere con chasquear los dedos. En la historia le doy una buena lección. Sus padres son los típicos repelentes, conservadores, que te miran por encima del hombro, creyéndose mejores que tú sólo porque están en una posición social distinta a la tuya; son orgullosos y obstinados. A ellos también les doy una buena lección.
Y por último Jacobo, el alma cándida de la historia. El fiel amigo y consejero de Marcos, que siempre está ahí para apoyarle en lo que necesite. El maestro que educa a su pupilo para la vida que se le presenta por delante.
Excepto para Jacobo y María, los demás personajes son inventados. Para María me inspiré en mi madre, que tiene mucho carácter, como buena andaluza que es. Para Jacobo en mi padre, es un hombre tranquilo y con mucha experiencia.
5. ¿Te sientes identificada con tus personajes y con la historia en sí? ¿Cuál es tu preferido?
Más que identificarme con los personajes diría que me identifico con la situación que viven. ¿Quién no ha sentido nunca las ansias de libertad de Marcos o el miedo a perder a alguien querido, como María? Son situaciones muy reales, podrían pasarle a cualquiera. Cuando escribí la historia plasmé unos sentimientos muy intensos, sentimientos que eran reflejo de una situación personas un tanto delicada para mí. Creo que precisamente por eso ha conectado tan bien con los lectores. Jacobo quizá es uno de mis personajes más queridos, pero no tengo ninguno preferido. Cada uno, a su manera, se ha ganado un rinconcito en mi corazón. El personaje de Ágata es el que me da más pena, creo que podría haber dado más de sí. Fui bastante injusta con ella, para qué nos vamos a engañar...
6. ¿Qué escena de tu novela fue la más ardua de escribir? ¿Cuál es la que te gusta más?
La escena del cementerio, cuando Marcos va a despedirse de Jacobo y su madre. Creo que es una de las más dramáticas de toda la historia, la más emotiva. El hecho de tener que imaginarme aquel ambiente silencioso y lleno tumbas fue un poco complicado. También se sumó que recientemente había fallecido un familiar cercano y quieras o no eso hizo mella. Mi favorita... pues quizá la de la cueva submarina, cuando Marcos conoce a la sirena por primera vez. Fue divertido imaginar cómo sería el hogar de un ser sobrenatural como ella. Está claro que no podían faltar ni los remos ni las redes.
7. Si escribes, has leído. ¿Cuáles son tus libros de cabecera?
Sí, he leído bastante, pero creo que todos empezamos con los clásicos: Jane Eyre, Cumbres Borrascosas, Orgullo y Prejuicio, Mujercitas, Drácula, Entrevista con el Vampiro... No sabría decirte si en realidad son mi cabecera, o biblia, simplemente los leo y quizá de alguna manera u otra me quedo con lo que más me gusta de uno y de otro: su frescura, la gramática, el estilo... pero nunca trato de parecerme a ninguno en concreto. Soy una persona pasional, así que intento que mis libros sean así.
8. Por último, ¿que significa la literatura para ti?
Una forma de expresar mis sentimientos, de comunicarme con los demás. Decir algo sin decir nada. Los escritores no pueden evitar escribir mensajes ocultos en sus historias, la mayoría de veces de forma inconsciente, yo aprovecho eso para crearlas siendo completamente consciente de ello, y «El hombre que amó a una sirena» es una prueba irrefutable. Me encanta ir por la calle, mirar a una persona y que el ¿y si...? aparezca en mi cabeza, es como una adicción. Muchos autores se centran en un solo manuscrito, en cambio, yo trabajo en dos o tres a la vez. Y no es por presumir, sino que mi propia forma de ser me impide hacer una sola cosa.
Entrevista original en CrisálidaLiteraria